La respiración bucal puede alterar el desarrollo bucodental de los niños
La respiración bucal puede alterar el desarrollo bucodental de los niños
Extraemos los datos de una entrevista concedida por el Dr. Óscar Castro Reino a la revista idental.com.
La respiración bucal es un mal hábito que puede tener consecuencias para la salud bucodental y general de los niños.
Entre ellos, cambios en el rostro. “Respirar por la boca altera el crecimiento y desarrollo de los maxilares”, recuerda el Consejo de Dentistas. La respiración bucal está relacionada con la mordida abierta, el paladar estrecho y la mandíbula retraída. Otra de las consecuencias pueden ser los dientes mal alineados. La respiración oral puede afectar a la posición de los dientes, que pueden torcerse y apiñarse, lo que dificulta la higiene y aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías. Otro de los efectos son los problemas de mordida. La organización colegial indica que los niños que respiran por la boca a menudo tienen problemas mandibulares que les generan dificultades para morder y masticar los alimentos de manera eficaz.
Otra de las consecuencias es la deshidratación oral, ya que la respiración bucal provoca sequedad en la boca y disminuye la producción de saliva, creando una propensión a padecer caries, mal aliento y acumulación de bacterias. También hablan sobre el ronquido y tos nocturna, puesto que al no respirar por la nariz, cuando el niño se tumba le resulta difícil respirar y tener un sueño reparador. Otros efectos son la apnea del sueño, que impide una buena oxigenación y descansar correctamente, la irritabilidad, falta de atención y cansancio y, finalmente, la otitis de repetición y baja audición.
Una respiración anómala
Que un niño respire por la boca puede deberse a varias causas, como rinitis alérgica, sinusitis, desviación del tabique nasal, infecciones respiratorias, vegetaciones o amígdalas demasiado grandes, e hipotonía muscular. La respiración nasal tiene una función de defensa. Cuando el aire entra por la nariz, los vellos nasales lo filtran y detienen la entrada al organismo de partículas de polvo, virus, bacterias y hongos. Además, las fosas nasales calientan y humidifican el aire, evitando que entre demasiado frío, y se estimula la producción de ácido nítrico, sustancia que facilita la distribución y la absorción de oxígeno por los pulmones.
“En la respiración bucal no se produce ninguna de estas funciones. Respirar por la boca conlleva inspirar un aire más contaminado, no atemperado y seco. Por lo tanto, si se observa que el niño respira de esta forma, hay que consultar al dentista y al médico para que lo evalúen e indiquen el tratamiento adecuado para solucionar el problema y evitar sus consecuencias”, explica el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas.
Causas y tratamiento
El tratamiento consistirá en determinar la causa y corregirla.
Las causas principales son:
39% hipertrofia de amígdalas y adenoides.
34% por rinitis alérgicas.
19% por desviación del tabique nasal.
12% por hipertrofia idiopática de cornetes.
Y como complemento del tratamiento causal, favoreceremos la rehabilitación de la musculatura con ejercicios:
- Ejercicios de cierre labial, para fortalecer los músculos periorales.
- Ejercicios respiratorios para aprender a respirar por la nariz.
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