La historia de la odontología española también sufre la leyenda negra
La historia de la odontología española también sufre la leyenda negra
Ingleses, franceses, holandeses, y hasta rusos y estadounidenses, han ido minando la credibilidad del Imperio Español a base de medias verdades y descaradas mentiras. La Odontología y la Medicina en general no son una excepción. Aún hoy sucede.
Ejemplo claro es la historia de este dentista español del siglo XVI, auténtico pionero en la literatura médica, que no queda recogido en ningún texto de Historia de la Medicina foráneo.
El problema es que tampoco lo recogen los textos españoles… Y eso es más grave, si cabe.
Desde ClinicadentalDrMancebo nos hacemos eco de esta desolación y te mostramos, en exclusiva, este curioso y valiosísimo artículo.
FRANCISCO MARTÍNEZ DE CASTRILLO. PRIMERA OBRA DE DENTISTERÍA EN CASTELLANO.1557
Nació nuestro autor en Castrillo de Onielo (prov. de Palencia) sobre el año de 1520, y falleció en Alameda del Valle (prov. Madrid) en 1585. Fue dentista del mismísimo Felipe II. Imitando el modelo de otros textos científicos, publicó en 1557 el Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca, donde se valió del diálogo para expresar sus conocimientos odontológicos y experiencia práctica. Obra muy meritoria y avanzada, pues hubo de transcurrir más de un siglo hasta que otros especialistas europeos entregasen a la estampa sus conocimientos en la materia, tales como el inglés Charles Allen (The operator for the teeth, York-1685) y el francés Pierre Fauchard (Le chirurgien dentiste ou Traité des dents.
Ou l’on enseigne les moyens de les entretenir propres & saines, de les embellir, d’en réparer la perte & de remedier à leurs maladies, à celles des gencives & aux accidens qui peuvent survenir aux autres parties voisines des dents, París-1728, 2 vols.); y como unos cardan la lana y otros se llevan la fama, la obra de monsieur Fauchard «est considéré comme marquant le début de l’odontologie moderne». Pero, en cuanto a novedad editorial y para ser del todo y con todos justos, hay que recordar que un cuarto de siglo antes del español se publicó en Alemania el opúsculo Artzney Buchlein wider allerlei kranckeyten vnd gebrechen der tzeen (Leipzig, 1530).
El objetivo de Martínez de Castrillo y su opinión respecto a la práctica médica de su tiempo se manifiestan en varios lugares de la obra:
La boca…, como cosa sin paraqué ni provecho, la han desterrado de los términos y límites de la Medicina… Y los médicos y cirujanos están… tan… fuera dello, que ni los pacientes los llaman ni ellos lo procuran, a cuya causa hay tantos abusos, engaños, errores, descuido y mala orden de curar, que pierde infinidad de gente la dentadura antes de tiempo. No creo que será muy dificultoso de creer que la causa principal desto haya sido no haber querido los doctos tomar en ello la mano, dejándolo en lenguas de ensalmaderas y en poder de gente sin ciencia ni arte ninguna. España está pobre de buenas bocas. Con celo de hacer algún provecho en la república… me determiné de sacar en limpio esta breve y pequeña obrecita para dar y abrir camino a otros que pasen y escriban adelante. El fin que pretendo… es el bien y salud de la vida humana, cuyos instrumentos son los dientes, y su conservación muy necesaria. Más pretendo guardar orden breve, clara y provechosa que muy doctrinal y polida.
Incluyó una memoria de remedios para cada mal. Incluso para quienes teniendo buena disposición de encías y dientes, precisan de cuidados para tener en buen estado su boca.
E incluye grabados con instrumentos de la época
MEMORIA PARA LOS QUE TIENEN BUENA DISPOSICIÓN DE ENCÍAS Y DENTADURA
(Ésta aprovechará para la señora Gracilinda)
Quien tuviere buena dipusición de encías y dentadura, cuanto más hiciere tanto más yerra; solamente enjaguarse con agua fría a las mañanas y vino aguado a comer y cenar, y cuando mucho con un pañecito delgado y paso. Lo que podrían hacer para estorbar que no se haga el amarillo de los dientes es tomar la raíz del romero, o el palo dél, y quemalle y ahogalle en vino. Después de seco, molello y echar allí un poco de sal común. Quemado todo, molido y cernido, mojar un pañecito delgado de lienzo en el aceite de romero y tomar en él de aquellos polvos y limpiarse los dientes bonitamente, sin fuerza. Mas esto hase de hacer cuando estén limpios los dientes, para conservallos.
Entiéndase, por tanto, que 169 años antes de que Monsieur Fouchard, el proclamado padre de la Odontología moderna publicase su obra, ya en la corte se leían con enorme éxito las hojas impresas de mi compadre palentino. Tanto fue el éxito, que al poco se publicaron segundas partes.
Y es que así resulta siempre con lo hispano, que o bien no sabe publicitarse convenientemente, o bien es menospreciado por franceses, britanos y flamencos.
Clínica Dental Dr. Mancebo | Tu Clínica Dental en Sevilla [Triana]