Una buena higiene bucal comienza con el uso del cepillo de dientes después de cada comida. Tanto el cepillo de dientes manual como el eléctrico son dos excelentes alternativas, igualmente válidas para conseguir una higiene bucodental completa.

Siempre que se siga una técnica de cepillado correcta, lograremos eliminar los restos de alimentos y la placa de dientes y encías, evitando la formación de caries y otros problemas en dientes y encías.

Pero, ¿cuál de los dos es más conveniente?

Ante la duda, el usuario siempre debe buscar su comodidad, ya que las necesidades de cada persona pueden ser muy diferentes y gracias a la gran variedad de cepillos dentales podemos cubrirlas correctamente haciendo la mejor elección.

Ventajas del uso de cepillos eléctricos frente a los manuales

1. Discapacidad: aquellas personas que no disponen de un total control del movimiento de sus extremidades, (niños, ancianos, personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica,…) consiguen una mejor limpieza sin apenas esfuerzo, a diferencia de los cepillos manuales con los que es necesario hacer más movimientos con los brazos.

2. Anatomía más pequeña: debido a su forma, con un cabezal más estrecho y alargado, permite llegar a las zonas de acceso más limitado, combatiendo la placa bacteriana y logrando una limpieza más profunda.
3. Control de la presión: el riesgo de abrasión del esmalte es menor, si poseen un mecanismo de control de la presión sobre el diente.
4. Más tiempo de cepillado: las personas que utilizan cepillo eléctrico están entre un 20 y un 40% más de tiempo cepillándose los dientes. La señal acústica garantiza un cepillado de al menos 2 minutos, como recomiendan las organizaciones de salud internacionales.

 ¿A partir de qué edad se puede usar el cepillo eléctrico?

Los niños pueden comenzar a utilizar el cepillo eléctrico a partir de los 6 o 7 años.

¿Cuándo es mejor usar el cepillo manual?

• Hasta los 6 años, es recomendable que los niños utilicen un cepillo de dientes manual para adquirir habilidades y fidelizar al paciente hacia su higiene bucodental.
• Después de una cirugía, para evitar dañar la zona inflamada o dolorida, con cerdas ultra suaves.
• En tratamientos de ortodoncia, cuando el cepillo eléctrico puede desprender un alambre o un bracket. Aunque se pueden usar ambos.